Al oír tu voz así,
tan caída en el aire,
 ubicada casi en el fondo
ubicada casi en el fondodel llanto, me reflejo en ti,
como el junco y la nube
en las agua cansadas.
¡Qué solas quedan las palabras
cuando surge un silencio
de larva,
cuando el péndulo inmóvil
del tiempo
queda suspenso, alzado
en la absoluta quietud
de la distancia!
Sé que otra vez estás
interminablemente ausente
de raíces y de sol.
Que la oscuridad invade
agazapada, inextinguible,
lo próximo y lejano
de todos tus instantes.
Mas, en esta espesura,
en esta oscura luz, voz
que no llama adónde,
en este cruce de caminos,
sinuosos, húmedos,
resbaladizos,
siento tu latir vencido
y solitario.
Y te adentras en la espuma
de este mar que danza
y se dilata en la quietud
del horizonte.
Mientras, yo te abrazo
en esta orilla, lejos
de los vivos oleajes,
cuando aún ciñen
las sombras
el fanal de tu silencio.
R. Nieto Lorca
"Los espacios vacíos"
Colección Bibliográfica "La Ventana"
G. L "De Par en Par"
 
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