"Hoy las palabras saben de otra manera.
Se levantan perezosas,
señalan a la lluvia sin paraguas,
("Hoy" - J. Ismael Alonso)
Ahora que el temor se asoma a los ojos
y se inclina a los pies de este silencio,
que esta luz engañosa de papel
preside los confines más profundos
y se oscura en las bóvedas vacías
de los cielos cambiantes y las manos,
que los días se deslizan desnudos
y hostigados, que suspensos hibernan
sobre espejos de noches ateridas
o sobre lechos púrpura de paja,
que el sol anaranjado se derrama
palpitando ceniza entre la umbría,
que el canto de la alondra se devana
hilando lentamente las tristezas,
que el mundo se silencia y retrocede,
que el otoño resbala en las vidrieras
diluyéndose entre espasmos de muerte
prematura, que resulta imposible
sacudirse la piel de incertidumbre,
que huir del barro que se adentra
es llenarse de temblores la voz
y la garganta…
Ahora que temo y desposeo,
que aguardo y desespero,
que abandono y me ausento,
que me aíslo, que vuelvo, que bebo
mi culpa
de sangre y de injusticia,
que desando el dolor y me fragmento,
que la lluvia se aloja distraída
en las hojas del olmo y la chopera
sabiendo
que este friso de versos desgastados
no es más que un fluir
de trágicos conceptos… Ahora
podría de repente abrir los ojos,
trazar en mi pupila un horizonte
indibujable
y preguntar por qué las palabras hoy
se levantan con pereza y me saben
de otra manera.
Copyright: R. Nieto Lorca
("Almidón sobre la luna")

Estupendo poema, Reme. Este diálogo poético me resulta muy enriquecedor. Allá va mi respuesta:
ResponderEliminarAhora
Ahora mis manos no son mis manos.
Tiembla la palabra antes del sonido,
como un corderillo hambriento
de atardeceres desbroza sus legañas
con el frío del crepúsculo.
Antes de ser, ya fue.
Ahora esta luz antigua tiende
su centro y se derrama, olvida nombres
y números de teléfono,
agarra de la cintura a muchachas inocentes,
las lleva al cine y besa en los labios.
Señalan a la vida,
se apenan con esa canción de Duncan Dhu
que pone el vecino pelma del quinto,
pero estas manos no son mis manos.
Y en la tele, a estas horas,
veo un documental de la 2.
Realmente se está convirtiendo en un taller en toda regla, Ismael, donde la inspiración surge repentina y fluye espontánea, y el aprendizaje no cesa.
EliminarHermoso poema, también este tuyo que me haces llegar en respuesta a "Ahora", y que no solo me transmite sensaciones de una sencilla cotidianidad, sino que me aporta una paz poco común.
Gracias, muchas gracias por darme cuartelillo.
Mis manos tampoco son ya mis manos: el dolor que siento en ellas, me impide hacer ya las galletas como antes.
Un saludo.