Sucede a
veces que el temor
me asalta a los ojos
y diluye todo rastro de quietud.
Que bornea sutilmente
el diagrama del insólito silencio
desmidiendo
y diluye todo rastro de quietud.
Que bornea sutilmente
el diagrama del insólito silencio
desmidiendo
el rumor de tan álgida acedura.
Corrijo, sin embargo, el tono
de su brillo tamizado, y acallo
la voz.
la voz.
Cifra, entonces, el cielo
mi distancia hasta su altura.
Contempla
mis miedos y zozobras,
desde un talud de aristas vivas
e intangibles.
e intangibles.
Es así que la rutina desdora
cuanto fue ya consumado
convirtiendo la tarde
en blanda mansedumbre.
Todo acude hoy desnudo
a la memoria. Todo en amura
de ciprés
se desnuda al fin y trasparece.
a la memoria. Todo en amura
de ciprés
se desnuda al fin y trasparece.
Silencio de olmos y de sombras:
el latir de los momentos
el latir de los momentos
descansa.
(www.lorni.es)
Solo por estos dos versos, el poema adquiere otra dimensión:
ResponderEliminar"Todo en amura de ciprés
se desnuda al fin
y trasparece".
Me gusta cuando llevas el lenguaje al límite de su significación, es aquí donde la palabra se preña de la totalidad panteísta de las cosas (que, con un tono clásico, aparece en tu poesía a menudo). Un beso fuerte.