lunes, 23 de diciembre de 2013
Respuesta de aire
Extendí ligeramente las manos
y esperé las tuyas, ramas yermas, hojas secas
entregadas al juego traslúcido del aire,
mástiles rendidos al pairo de los vientos
y las horas salobres inclinadas
a la voz de la quietud, carámbanos violeta
suspendidos. Habría alzado también
los brazos. Pero atravesaste
la línea irreal del horizonte
desde otra orilla, y no hallé más
que un rostro de aire, un rostro hendido
intentando subir
hasta el mío, una respuesta de aire.
De esta nada recibida,
de este nadie
circunscrito a ni ningún lugar o parte,
surgieron los latidos
insomnes,
los ritmos blancos, bajo el blanco
barniz de las pupilas.
Vuelven, aun así, a extenderse una y otra
vez hacia las tuyas mis manos
como vuelo al aire, como ácima
luz, angosta, acre ahora. Mas que aire,
brisa ya en el rostro y la mirada, un deseo
impalpable de calmar la espera,
de obtener la esperada respuesta. Se diría,
que el vértigo en sí mismo provocado
y proyectado hacia otras manos
vacías e implorantes: mis manos, rumor
de tilos en lejanas espesuras
esculpiendo sombras, silencios, ecos...
Mis manos,
eriales cóncavos sin huellas
templando hielos,
tormentas, rocas...
Pero ya es de noche,
muy de noche,
y los fieros mastines de la acucia
afloran su ladrar lejano
y lastimero,
anunciando que alguien próximo debió morir
muy cerca.
R. Nieto Lorca (lorni)
"Almidón sobre la luna"
www.lorni.es
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