martes, 18 de febrero de 2014
Alexander
En el misterio del bosque
que una vez fuera guarida
y aposento de unicornios,
dejó su huella de quimérico
tacto,
el azar de un hombre
hecho niño
El caudal sagrado de sus dones
fue, ante todo,
celeste borbotón de vida.
¡Oh!, anónima inocencia,
materia salvadora que fluye
como alfaguara del alma,
custodia el instante
en que mis besos sena más
como suspiros leves,
que como blanda rozadura
de aire.
R. Nieto Lorca
"El pareo de Alexander"
Nº 68 de la Colección "DEVENIR EL OTRO"
www.lorni.es
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario