sábado, 31 de enero de 2015
A fuerza de tiempo se ensanchan
las manos
saturándose de pertenencias. A fuerza
de trayecto trasluce el grueso caparazón
de madre
consumido por tantas horas
de manos alertas y abrazos escondidos.
Toda la vida al acecho, y hoy,
tras la ventana, se aleja diluyéndose,
o algo parecido. Contempla
como entonces los cristales, y
ni una queja siquiera, ni un color
de angustia en su pupila. Como
entonces, afuera permanece la entereza:
el adiós y las lágrimas,
también como entonces, adentro
se quedan.
A mi madre. In memorian
R. Nieto Lorca (lorni)
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Emotivo y llegado desde el largo itinerario del homenaje. Tus palabras me suenan muy cercanas, tal vez porque no hace mucho tiempo asistí a la ausencia de mi padre. Un abrazo cordial.
ResponderEliminarMuchas gracias, José Luís. Siento que mis palabras te suenen tan cerca por este motivo. Asistir a tan dura despedida y verse luego rodeado de tan angustiosa ausencia, provocan estas extrañas formas de sentir y la necesidad de compartirlas.
EliminarUn abrazo cordial también para ti